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Julio Fernández Villanueva
(Quilmes, 1851-Buenos Aires, 1890)
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Combate de San Lorenzo, 1889/1890 Óleo sobre tela, 70x99cm Inv. F. 1155 |
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Inscripciones: Firmado ángulo inferior izquierdo con el monograma: “J. F. V.”
Inscripto en el reverso: Fernández Villanueva, Julio. Registro 5007. Número de Carpeta 1537. Buenos Aires, 1890. (Fig.9)
Procedencia: Adquisición, 1934. Donación Honorable Cámara de Diputados de la República Argentina, 20 de abril de 1934[i].
Exhibiciones[ii]: Ninguna
José León Pagano esbozó la personalidad de Julio Fernández Villanueva con estas palabras: “(...) el proceso pictórico de Fernández Villanueva y su afirmación en una obra de síntesis, se cumplieron en solo cuatro años. La destreza manual, las conquistas referidas al oficio, nos muestran el ritmo acelerado de ese advenimiento insólito”[iii].
Legó tres obras, dos referidas a la misma temática: Batalla de Maipú y las dos versiones del Combate de San Lorenzo. Aquí se trata la segunda versión, que quedó inconclusa por la repentina muerte de su autor en los hechos de la Revolución del Parque de 1890.
El óleo presenta a las fuerzas realistas se acercan a la pequeña población de San Lorenzo, con el objeto de realizar pillaje en el poblado y en el vecino convento de San Carlos Borromeo (Fig. 2).
José de San Martín y el recientemente creado Regimiento de Granaderos a Caballo arribaron al convento en la noche del 2 de febrero de 1813 y fueron recibidos por los padres franciscanos.
“Al frente del monasterio, por la parte que mira al río, se extiende una alta planicie horizontal, (...). Entre el atrio y el borde de la barranca acantilada, a cuyo pie se extiende la playa, media una distancia de poco más de 300 metros , lo suficiente para dar una carga a fondo”[iv].
El Coronel San Martín recorrió el terreno conventual y las barrancas del río. Los oficiales tomaron sus puestos y San Martín montó su caballo bayo de pelea ensillado con montura militar.
Los realistas avanzaban directo hacia el convento, y desde atrás, formados en dos columnas, arremetieron los granaderos.
El óleo de Julio Fernández Villanueva presenta el alboroto del combate y el motivo central de la obra es el momento en que San Martín recibe una descarga de fusilería y cañón, que tiende muerto a su caballo y le deja su pierna atrapada debajo de éste. El comandante realista Zabala (ubicado en el extremo izquierdo inferior del cuadro, con su brazo derecho extendido apuntando al caído) es quien se acerca a él y lo hiere en el rostro (lo que se puede observar en la mejilla izquierda sangrante, de la pintura de Villanueva. Fig. 1 a 5). En ese momento un soldado enemigo iba a traspasar a San Martín con su bayoneta, cuando el granadero Baigorria, con su lanza, salva a su jefe. Juan Bautista Cabral corre, sable en mano, hacia su jefe y consigue sacarlo de debajo del caballo. Instantáneamente recibe dos balazos en su pecho, salvando al futuro Libertador de América.
Su producción pictórica trató de composiciones colectivas, en la cual el personaje se mueve en masa, donde la parte depende del todo y éste es la idea ordenadora.
Además de reiteradas visitas a la residencia de Bartolomé Mitre (quien probablemente lo instruyó acerca de los uniformes de ambos bandos, de las armas utilizadas, y le presentó un croquis de la batalla), en octubre de 1889 visita el convento para darle mayor rigor a su pintura.
La obra que se analiza aquí tiene una composición que ciñe el episodio narrado anteriormente, logrando un efecto de gran dramatismo. Dado que la pintura no fue concluida se encuentran partes muy detalladas y otras tan sólo esbozadas. Su pincelada es orgánica y dilatada, en un fondo de mayor lejanía, acreciendo planos y haciéndolo todo más aéreo y atmosférico; más profundo, lo cual otorga un espacio más amplificado. En manchas verdes y ocres se divisa a lo lejos el poblado de San Lorenzo, y del convento sólo es identificable la torre campanario desde donde San Martín aguardó la llegada de los realistas.
El grupo principal evoca el momento en que San Martín, caído bajo su caballo, presencia la lucha trabada en torno suyo; abriéndose hacia los costados la carga de granaderos y la tropa realista. La ejecución de la obra adelanta el plano del encuentro resolviendo algunas partes de mejor manera que otras, recreando el entorno para que armonizase mejor en el cuadro.
En San Lorenzo proyectó matices lumínicos muy interesantes, que recuperan de algún modo el momento del alba en el que tuvo lugar el combate.
A pesar de la topografía litoraleña que enmarcó el combate, del clima estival y de escenificarse en la ribera del río Paraná; Fernández Villanueva no se turbó en presentar un paisaje austero. La mayor soltura esgrimida podría remitir a la dependencia que Fernández Villanueva puede haber tenido de sus «maestros» franceses; y con todo, no los emula en su riqueza tonal. En el cuadro destacan algunos puntos carmín entre los prolijos uniformes azules, y un gris siena tostado funde al bando realista. No se evidencia suciedad sobre el óleo, lo que no hace pensar en un acrecentado deterioro. El humo de las bayonetas y la hora del día le dotan a la obra de un temple muy singular, sumado a ello, los rictus de dolor, la suavidad de algunos tonos y el uso de luces y sombras se conjugan otorgándole a la obra un carácter muy particular.
Admirador y cultor del género militar que emergió tras la Guerra Franco – Prusiana de 1870-1871, especialmente de Alphonse Marie Adolphe de Neuville y Jean Baptiste Édouard Detaille. No poseyó instrucción formal, sin embargo tuvo un efímero contacto con la Sociedad Estímulo de Bellas Artes y en su viaje a Europa frecuentó los talleres de varios pintores y en Madrid entabla amistad con Emilio Caraffa[v] (quien lo introduce en la técnica pictórica específicamente, ya que hasta ese momento Villanueva sólo se dedicaba al dibujo).
Una de sus primeras incursiones artísticas la realizó en pleno quehacer médico, ya que se trató de un dibujo de la Casa de Expósitos donde le había tocado realizar su residencia.
Julio Fernández Villanueva murió desempeñando su primera labor. Había estudiado medicina en la Universidad de Buenos Aires y al darse los hechos de 1890 es requerido por Guillermo Udaondo como cirujano mayor del hospital de sangre; y en la esquina de las actuales calles Libertad y Viamonte la descarga de una fuerza policial abatió al joven médico. En palabras de Pagano “(...) por una triste coincidencia del destino, el pintor de batallas libertadoras, fue a caer en una guerra fraticida.[vi]
Bibliografía:
- DESCALZO, Bartolomé Cnel. (R). La acción de San Lorenzo. 1813. 3 de febrero. Buenos Aires, Talleres Gráficos Diego Censorino, 1943.
- MINISTERIO DE EDUCACIÓN DE LA NACIÓN. San Martín en la historia y en el bronce. Buenos Aires, Talleres Gráficos Guillermo Kraftd Lda., 1950.
- MITTELBACH, Federico. San Martín organizador militar. Buenos Aires, Dunken, 1998.
- MITRE, Bartolomé. Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana. Buenos Aires, Peuser, 1952.
- MATIENZO, Agustín. Julio Fernández Villanueva. Pintor de historia militar. Buenos Aires, Emecé, 1966.
- PAGANO, José León. El Arte de los Argentinos. Buenos Aires, Edición del Autor, 1938.
- RUÍZ MORENO, Jorge. Historia de los granaderos a caballo. Buenos Aires, Industria Argentina Artes Gráficas, 1998.
- UDAONDO, Enrique. Uniformes usados en la Argentina desde el siglo XVI hasta nuestros días. Buenos Aires, s/e, 1922.
[i] El Club de Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires es quien le encarga a Fernández Villanueva la ejecución de ésta y otras tres obras para su sede. Se conocen sólo tres: San Lorenzo, Chacabuco y la Capitulación de los Ingleses en 1807.
[ii] Estuvo exhibido en la sala San Martín del MHN.
[iii] PAGANO, José León. El Arte de los Argentinos. Buenos Aires, Edición del Autor, 1938. P. 380.
[iv] MITRE, Bartolomé. Historia de San Martín y de la Emancipación Sudamericana. Buenos Aires, Peuser, 1952. p. 109.
[v] Caraffa realiza un retrato de Villanueva que, según J. L. Pagano, se encuentra en el Museo Histórico Nacional.
[vi] PAGANO, José León: Op. Cit. P. 385.
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