Algunas consideraciones reflexivas




"Seguramente que entre la música y el color no hay nada más en común que el hecho de que ambos siguen el mismo camino. Siete notas con ligeras modificaciones son suficientes para crear sabe Dios qué universo. ¿Debería ser diferente en las artes plásticas?".
Henri Matisse



9 de agosto de 2012

Del Culto al Entretenimiento


El punto de partida para comprender las implicancias del Teatro es la aceptación de que originariamente se encuentra al servicio de lo religioso; y toda acción ritual comprende una representación: entonces religión y expresión artística se funden en una sola cosa.
La Tragedia se alimenta en todas las raíces del espíritu griego, pero su raíz fundamental la encuentra en el mito.
Ciertos ritos que se encuentran relacionados con la fecundidad del suelo poseen las características del misterio orgiástico. En Grecia, el culto orgiástico más importante será el de Dioniso y de allí se originará la Tragedia.
Entre los griegos la religión se concebía en forma nacionalista debido a la noción que poseían de los dioses. El arte se vuelve imprescindible en cuanto que el culto debe ser motivo de placeres públicos. La polis, se caracteriza por su especial preocupación por lo estético.
Y en la poesía fue la epopeya el primer medio utilizado para dar la perspectiva de esta religión. Homero ofrece una imagen característica e individual de los dioses que son concebidos a imagen y semejanza del hombre, poseen pasiones y sentimientos humanos.
Con Hesíodo comienza a aparecer la idea de un gobierno moral del mundo, así la imagen de la divinidad guardiana de la justicia se produce en el mismo momento en que se codifica el derecho.
La poesía poshomérica se convierte cada vez más en la vigorosa expresión de la vida espiritual presente en el orden social e individual.
El arte se manifiesta al servicio de la religión. En la imaginación artística, el fenómeno más importante que se desarrollo en función de la religión fue la Tragedia, que de sus simples orígenes en los misterios dionisíacos llegó a ser un arte representativo de la polis como símbolo de la democracia.
La Tragedia es la mejor mediadora para enlazar religión y política. Está a medio camino entre religión y arte, entre lo irracional y lo racional, entre lo dionisíaco y lo apolíneo.

Los Misterios

Grecia presentaba una economía basada fundamentalmente en la agricultura, por lo que la antigua religión divinizó las fuerzas de la naturaleza.
Posteriormente se realizó el pasaje hacia el culto de los númenes antropomorfos, quienes recibieron su forma con Homero.
Los misterios que contienen los secretos concernientes a la vida en el más allá sólo son revelados a los iniciados. Y son los misterios los que nos abren paso hacia el Teatro, y es en ellos donde encontramos su primera esencia.
En los Misterios de Eleusis se realizaban “representaciones sagradas” del rapto de Perséfone por Hades, pero sin dudas, para el Teatro, serán de vital importancia los Dionisíacos.
En ellos se rendía culto a Dioniso, hijo de Zeus y la mortal Sémele. Dios del vino y del delirio místico, se lo llamó el “nacido dos veces”. Estos misterios consistían en fiestas campestres en la que los iniciados cazaban, despedazaban y devoraban un animal que representaba al dios. Este acto guarda relación con otro mito de Dioniso, el órfico, el de Zagreus, dios que siendo niño es asesinado y devorado por los Titanes. Lo único que se salvó fue el corazón, del que habría de nacer el nuevo Dioniso, el futuro sucesor de Zeus.
Los iniciados se disfrazaban con cuernos y pieles de animales, asimilándose a las bestias. Por medio de música, danzas, vino, e incluso, utilizando el humo de ciertas semillas se producía la “orgía mística”.    
Aristóteles propugnó la tesis de que la Tragedia proviene del Ditirambo (himno en honor a Dioniso) aunque también la deriva del satyrikón (danza de los sátiros).
De la fiesta agraria y los rituales en ella celebrados nace el Teatro en Grecia.

Ditirambo

El anhelo de un mayor poder político, y el incremento de la dirección de la vida religiosa, condujeron a convertir en ostentosos los programas de las Panateneas (fiestas recordatorias del sinecismo del Ática). Pisístrato les dio el carácter de nacionales. De igual forma que otros tiranos de Grecia, instituyó el culto a Dioniso con las Grandes Dionisíacas (siglo VI).
Durante el desarrollo de las Dionisíacas se entonaba el Ditirambo, que luego tomará el nombre de Tragoidía o “canto del cabrón” en el momento del sacrificio de una cabra, consagrada al numen. Originariamente el Ditirambo era un canto épico lírico en el que se oraba al dios y se exponían y elogiaban sus aventuras.
Arión de Lesbos ubicó a los machos cabríos cantores en forma de coro de sátiros ordenados en círculo donde se ofrecía el sacrificio y realizaban los ditirambos acompañados de pantomimas. Posteriormente el coro se dividió en dos, donde cada semicoro hacía las veces de contestador. Guiados por un corifeo comenzaron a dialogar entre ellos. Más tarde, se agregó un hypocrités que respondía con palabras de Dioniso a los cantos de los coreutas. De esta forma es que el canto épico lírico empieza a convertirse en teatro. En forma posterior, no sólo se invoca a Dioniso, sino que aparecen otros héroes o dioses con los que se encuentra Baco, o cada vez aparece menos ya que basta la presencia de cualquier héroe y su parlamento. Para entonces nada queda ya de Dioniso.
En marzo de 534 se representó la primera tragedia como parte del ritual del culto. La tradición atribuye la representación al actor Tespis de Icaria. Éste se presentó como solista frente al coro de los sátiros como un hypocrités[1].

Las Fiestas Teatrales

Leneas                      

Observaban un carácter local y se celebraban en invierno (a fines de enero). Se realizaba una procesión, y dos concursos; uno trágico y otro cómico. El arconte basileus estaba encargado de su organización.

Dionisíacas Rurales                                   

Se celebraban hacia fines de diciembre en las poblaciones del Ática. No era frecuente que se dieran representaciones dramáticas debido a la falta de recursos. El alcalde era responsable de la organización.

Dionisíacas Urbanas o Grandes Dionisíacas

Era la más imponente de las fiestas. En ella se realizaba una procesión fastuosa en la que participaba toda la ciudad. Así mismo se llevaban a cabo los concursos de coros ditirámbicos y concursos de tragedias y comedias. Las festividades tenían una duración de 6 días y aparentemente las representaciones dramáticas ocupaban los tres últimos. La forma de representación era una tetralogía trágica por la mañana y una o dos comedias por la tarde. Hacia el siglo V la cantidad de concursantes estaba establecida en 3, aunque el número de piezas representadas varió con el tiempo. El responsable de la preparación de los concursos era el arconte epónimo.
Desde la primera representación de Tespis hasta el primer éxito teatral de Esquilo existe una diferencia de 60 años. Época del dominio de los tiranos, la fundación de la democracia ateniense por Clístenes y la intervención de los combatientes de Maratón en la conformación de la vida pública. La democracia al igual que la tiranía se valió de la religión popular para vincular a las masas con el estado.
La Tragedia es la creación artística más característica de la democracia ateniense. Su forma exterior es democrática y su contenido aristocrático. Une el concepto de la areté de los tiempos heroicos (valor, gloria, éxito), con el nuevo concepto de la diké democrática de Clístenes y de la sophrosyne. La Tragedia griega era en el sentido más estricto un teatro político.
El monumento perenne del espíritu ático en el momento de su madurez está constituido por la escultura de Fidias y la tragedia de Sófocles. Ambos representaban el arte de los tiempos de Pericles.
El poeta era considerado como el educador del pueblo, al que había de conducir hacia un plano superior de humanidad. Ya en la Ilustración, la filosofía presenta cambios, aparece la revolución espiritual de los sofistas. Surge un nuevo ideal de cultura, por el que será más importante para la educación, formar ciudadanos inteligentes, conscientes, juiciosos y persuasivos.

Poetas Trágicos

Esquilo (Eleusis 525; Gela 456).

Escribió alrededor de 90 obras entre las que se incluyen tragedias y dramas satíricos. De ellas se conservan 7: Las Suplicantes, Los Persas, Los 7 contra Tebas, Prometeo Encadenado, y la trilogía de la Orestíada: Agamenón, Las Coéforas y Las Euménides.
Esquilo es el primer gran representante del espíritu ático.
Comenzó a escribir siendo aun joven, pero interrumpió su trabajo para pelear en Maratón. Obtuvo su primera victoria en concursos hacia 484 a.C.
Su obra más antigua conocida es Las Suplicantes, y la más antigua que ganó el primer premio, Los Persas. El corega de esta obra fue un joven que contaba entonces con 25 años, Pericles.
En 468 fue vencido por primera vez por el joven Sófocles. Sin embargo al año siguiente venció nuevamente con Los Siete. Su última victoria fue la Orestíada en 458. Posteriormente se trasladó a Sicilia para morir en Gela.
El pensamiento de Esquilo es precursor de la sofística de la misma manera que el de Eurípides es su resultado.  
El estado ático es el espacio ideal y no el lugar accidental de sus poemas. Las experiencias de la libertad y de la victoria son los sólidos vínculos mediante los cuales, este hijo de los tiempos de la tiranía, une su fe en el derecho.
La tragedia de Esquilo es la resurrección del hombre heroico dentro del espíritu de la libertad. Es el camino inmediato y necesario que va de Píndaro a Platón, de la aristocracia de la sangre a la del espíritu y del conocimiento.
Encontramos en Esquilo la tragedia de forma acabada, y aparece en ella como un renacimiento del mito en la nueva concepción del mundo y del hombre ático a partir de Solón; cuyos problemas morales y religiosos alcanzan en él su más alto grado de desarrollo.
El rey Pelasgo de Las Suplicantes es un hombre de estado moderno cuyas acciones se hayan determinadas por la Asamblea Popular y que apela a ella cuando lo pide la gravedad y la urgencia de las decisiones. El Zeus del Prometeo Encadenado es la figura del moderno tirano tal como lo concibe la época de Harmodio y Aristogitón. Incluso el Agamenón de Esquilo se conduce de un modo completamente distinto del de Homero, es hijo auténtico de la época de la religión y la ética délficas constantemente perturbado por el miedo a incurrir en la hybris. Esquilo se halla penetrado de la concepción solónica de que la hybris conduce a la ruina. También es solónica la idea de que no es posible escapar a la Até.    
El proceso de Orestes en el Areópago, de Las Euménides; podría servir como fuente histórica para el conocimiento del derecho ático relativo a los crímenes de sangre.
Con respecto a su forma de composición, Esquilo planteaba las tragedias en forma de trilogías; aprovechando que los temas tratados en ellas, eran referidos al cumplimiento del destino en varias generaciones. Así se ve en la Orestíada, y en los ciclos Tebanos.
Sus obras tienen como base a los mitos, pero la mano del poeta se muestra en la constante introducción de Dios y del Destino. Nada de eso se halla en el mito.
Los Persas constituye un ejemplo único por su falta de contenido mítico. Elabora en forma de tragedia un suceso histórico que ha vivido. Penetrado de la más profunda sophrosyne y del conocimiento de los límites humanos da testimonio a los griegos del espectáculo histórico de la hybris de los persas y de la tisis divina que aplasta el orgulloso poderío de los enemigos. 
Esquilo no reproduce la realidad tal cual es sino que la glorifica.

Sófocles (Colono 497;406)
Como autor de piezas dramáticas recibió 18 veces el premio. La tradición afirma que en toda su vida escribió 123 dramas, pero sólo se conservan 7 tragedias: Áyax, Antígona, Edipo Rey, Electra, Filoctetes, Traquinias y Edipo en Colono.
Sus personajes aprenden a través del dolor, lo que los engrandece.
Entre las reformas técnicas que realizó, se encuentra la de haber introducido un tercer actor.
El desarrollo de la tragedia no va de Esquilo a Sófocles y de éste a Eurípides, sino que, en cierto modo, Eurípides puede ser considerado como sucesor inmediato de Esquilo lo mismo que Sófocles.
El mensaje religioso en Sófocles es inferior que en Esquilo, sin embargo se lo considera heredero de sus ideas.
Entre Esquilo y Eurípides, Sófocles es el creador innato de caracteres. Lo humano como tal se coloca en el centro de la existencia. El arte mediante el cual Sófocles crea sus personajes se halla inspirado por el ideal de la conducta humana que fue la creación de la cultura y de la sociedad del tiempo de Pericles. Sus figuras son ideales, encarnan la más alta areté tal como la definen los educadores de su tiempo. El nuevo ideal de la areté que se manifiesta en Sófocles, hace por primera vez consciente la psyché del hombre. Esta concepción llegará a su más amplio desarrollo con Sócrates.
Sófocles se dirige al hombre mismo y proclama sus normas en la representación de las figuras humanas.
Humanizó la tragedia y la convirtió en modelo de la educación humana. En su tiempo surgió por primera vez la formación consciente del hombre. Por primera vez además, surge la mujer con idéntica dignidad a la del hombre.
Así como Esquilo es para la posteridad el luchador de Maratón y el fiel ciudadano de su estado, el arte y la anécdota encarnan en Sófocles y en Pericles la suma de la más alta nobleza de la kalokagathía ática.
La sophrosyne es para Sófocles el principio del Ser, no en vano repite el coro de sus tragedias que la falta de medida es la causa de todo mal. El desarrollo de la sophrosyne como más alto valor de la cultura griega llega a su fin con Sófocles.
La trilogía utilizada por su antecesor, es abandonada por Sófocles; ya que el objetivo de su tragedia no es mostrar la inevitable sujeción al cumplimiento del destino, que permanece como un trasfondo, sino que lo fundamental es la imposibilidad de evitar el dolor. Esto se aprecia claramente en Antígona. Mediante el dolor el hombre se realiza a sí mismo.
Mientras Esquilo intenta resolver el problema de la até, Sófocles la da por respuesta.

Eurípides (Salamina 480; Pella 406)

Una tradición afirma que el día en que Esquilo, de 45 años, regresaba de Salamina como vencedor, Sófocles de 16, dirigía los coros en la celebración de la victoria, nacía Eurípides en la misma Salamina.
Se educó con los sofistas de Atenas. Con él da comienzo el teatro psicológico, dijo Sófocles: “Yo represento a los hombres como deben ser, Eurípides, tal cual son”.
Si Esquilo había representado la tentativa de hybris del héroe trágico que camina hacia el exceso, y Sófocles había colocado por sobre la voluntad del hombre, la amenaza del poder devastador de los dioses, Eurípides en cambio desjerarquizó la función de las disposiciones divinas sustituyéndolas por el poder del azar.
No innovó en lo referente a la técnica escénica. Conservó los tres actores pero adicionó un cuarto que generalmente permanecía callado.
Compuso 78 tragedias, de las que se han conservado 17 y un drama satírico: Alcestes, Medea, Los Heráclidas, Hipólito, Andrómaca, Hécuba, Heracles, Las Suplicantes, Ione, Las Troyanas, Ifigenia en Táuride, Electra, Helena, Las Fenicias, Orestes, Ifigenia en Áulide, Las Bacantes y el drama satírico El Cíclope.
El primer premio le fue concedido 5 veces pero su verdadero éxito comenzó después de muerto para durar siglos.
El poeta de la Ilustración griega, como se le ha denominado, se halla impregnado de las ideas y del arte retórico de los sofistas.
La generación de Pericles no se puede comparar con la fuerza y el ímpetu religioso de Esquilo. Se sentían más bien sucesores de Temístocles en el cual veían una figura esencialmente moderna.
La descomposición de la polis era la apariencia exterior de la íntima descomposición del hombre.
La fuerza de la tradición enraizada en las instituciones del estado, del culto y del derecho; se hallaba por primera vez, ante un impulso que trataba de llevar la libertad a los individuos de todas las clases por medio de la educación y la Ilustración.
Con Tucídides, Sócrates y Eurípides el espíritu racional toma posesión de las fuerzas educadoras: el estado, la religión, la moral y la poesía.
Por primera vez en Eurípides aparece como un deber la voluntad de traducir en las obras la realidad tal como se da en la experiencia.
Las nuevas formas que contribuyeron a la formación del drama de Eurípides son el realismo burgués, la retórica y la filosofía.
Esquilo y Sófocles se hallan todavía impregnados de la antigua religión, pero tratan de atenuarla dándole al hombre una participación más activa en la elaboración de su destino; sin modificar el concepto de la até. 
En Eurípides la tragedia de los personajes proviene de un dolor inocente. Esto procede de una época cuyo punto de vista es el del ser humano.
Se halla en la línea que, de las críticas de Jenófanes sobre los dioses de Homero y Hesíodo, conduce a Platón. La paradoja consiste en el hecho de que en ambos filósofos las críticas conducen a la negación del mito. En Eurípides se mezclan constantemente con la representación del mito en el drama. Niega la existencia de los dioses, pero los introduce como fuerzas activas.  
Grecia, que fue escenario del desarrollo de la Tragedia, vio, tras el auge y decadencia de Atenas; las conquistas de Alejandro; y el Imperio Helenístico, el fin de la tradición teatral.
Aristófanes escribió Las Ranas como funeral para la Tragedia Ática. En esta obra se documentan las tendencias artísticas y políticas de finales del siglo V, la división interior de la polis en descomposición, la conciencia de que la tragedia como arte se había convertido en Historia. 


[1] Se afirma que Solón asistió a la representación y perturbado ante la misma le preguntó al actor como podía fingir de esa manera tan desvergonzada. Por ello el vocablo hypocrités pasó de significar “contestador” a “hipócrita”.