Algunas consideraciones reflexivas




"Seguramente que entre la música y el color no hay nada más en común que el hecho de que ambos siguen el mismo camino. Siete notas con ligeras modificaciones son suficientes para crear sabe Dios qué universo. ¿Debería ser diferente en las artes plásticas?".
Henri Matisse



17 de septiembre de 2010

¿Qué vemos cuando miramos?

Cualquier creación artística es hija de su tiempo y, la mayoría de las veces, madre de nuestros propios sentimientos, decía Wassily Kandinsky.
Igualmente, cada período cultural produce un arte que le es propio y que no puede repetirse. Pretender revivir principios artísticos del pasado puede dar como resultado obras de arte que sean como un niño muerto antes de nacer. Por ejemplo, es totalmente imposible sentir y vivir interiormente como lo hacían los hombres del Renacimiento.
 Las Muchachas de Avignon, de Pablo Picasso, es el punto de partida para una concepción artística nueva. En palabras de Juan Gris “(...) el cubismo no es un estilo, es una estética y también un estado mental (...). Es posible inventar una técnica o un estilo independiente, pero no se puede crear una complejidad mental”[1].
“El cubismo va a suponer la gran revolución picassiana en la actividad artística. (...) esta tentativa podría parecer a primera vista bastante próxima a la de los fauves, pero la diferencia, y es esencial, estriba en que esta última había ignorado deliberadamente el relieve de los objetos que representaban, mientras Picasso precisamente intentaba modelar sus volúmenes a través del color, dando a éstos, por medio de ciertas series de rasgos paralelos o de proyecciones, direcciones lineales destinadas a sugerir dicho relieve”[2].
La <tridimensión> espacial iniciada por los hombres del Renacimiento, se mantuvo hasta el siglo XIX, momento en el que Paul Cézanne rompe con esta estructura. Pero en el siglo XX, el cubismo integrará al espacio pictórico la cuarta dimensión, es decir, la variable temporal.
“El primer esfuerzo colectivo por renovar la expresión del espacio en el siglo XX ha sido el cubismo. Considero el cubismo en su forma original, mitad teórica, mitad experimental, anterior a 1914. Hay muchas opiniones contradictorias sobre la esencia del cubismo. Algunos pretenden que se despega del mundo, se inspira en algunas experiencias de Cézanne e intenta construir unos objetos completamente artificiales. (...). Para otros, en cambio, el cubismo recrea la realidad del mundo visible bajo apariencias visionarias. (...)”[3].
El cubismo de Picasso iniciado en 1904 es abandonado hacia 1914, cuando su compañero Georges Braque se integra a las fuerzas militares durante la Gran Guerra. El malagueño lo retomará sólo en forma esporádica y en 1921, lo abandona definitivamente en busca de nuevas expresiones.
Pero, ¿cuál es la verdadera dimensión que adquiere el cubismo dentro de la historia del arte?  Podemos hallar  antecedentes de este nuevo espacio, porque el cubismo es ante todo eso, en las pinturas del último período de Cézanne.
Al principio, el cubismo parece ser sólo una serie de experimentos; el cubismo analítico lo es. Picasso, Braque y Gris intentaron realizar la tan deseada innovación, y lo lograron en el espacio. No obstante, ¿por qué la necesidad de agregar una dimensión?, ¿por qué se les quita a las obras color?. Primeramente se debe al deseo de realizar una ruptura formal; era necesario el primitivismo.
El cubismo es un gran descubrimiento del siglo XX, pero también es un camino para volver a los orígenes. Las Muchachas de Avignon son extraordinariamente primitivas comparadas con las obras hechas hasta entonces, y se relacionan más con la prehistoria que con Leonardo da Vinci.
Con el cubismo, ya no estamos ante una obra que pueda considerarse bella de acuerdo a los parámetros clásicos. La obra tiene ahora otra belleza: la del carácter, la de la expresión; un lenguaje pictórico completamente nuevo; rudo, elemental, conciso, enérgico.
El artista tiene algo nuevo que decir, ya no le interesa dominar la forma sino adecuarla a un contenido. Se va a convertir en el sacerdote de la belleza, la obra vive y actúa, participando en la creación de la atmósfera espiritual.
En nuestra época la pintura ha culminado, casi por completo, su emancipación de la naturaleza.
Según Arthur C. Danto, con la llegada de la filosofía al arte, lo visual desapareció. Era tan poco relevante para la esencia del arte como había probado ser lo bello. Para que exista el arte, ni siquiera es necesaria la existencia de un objeto, de un marco cultural que lo sostenga.
La historia del arte es una épica, y como tal, termina con notas de brillo final.
La visión renacentista del mundo culminó hace ya más de un siglo. Los impresionistas la enterraron, y Paul Cézanne le puso la lápida en su tumba.


[1] Exposición la Vanguardia Artística. “El siglo de Picasso en la colección Centro de Arte Reina Sofía”: Julio de 1999.
[2] FRANCASTEL, Pierre: Pintura y Sociedad. P. 150.
[3] PAYRÓ, Julio: Picasso y el ambiente artístico social contemporáneo. P. 46.

2 comentarios:

  1. ¡Qué interesante! Gris dice que el cubismo es un estado mental. Esto me llevó al tema de la belleza. Y las cosas me cierran bastante.

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  2. Considero que siempre que un arte nuevo nace lo hace en relación con respecto a su anterior, hay una deriva genotípica en toda creación me parece, y una fenotípica. Es decir, lo heredado y lo dado por darse, al menos ese punto de partida nos es comprensible a todos en todos los órdenes de la creación y desmembración de lo creado hasta su muerte. Creo que siempre que un hacer en su autolegitimación lo haga en contra de alguno de los principios de su antecesor presupone esta en debate y en lucha, y de esa manera la posibilidad de que su continuador se proponga hacer lo mismo con él. Porque instaurando una manera de hacer donde proponer es también rechazar entonces la sucesiva continuidad de haceres dentro de la creación se organiza de esa manera. Creo que se puede concebir un arte distinto, otro arte. Pienso también que generalmente un arte toma a su anterior como lo otro, y no como otro, y por eso mismo se funda en relación de conflicto con él, pienso que de esa manera se pierde mucha más riqueza de la que sabe dar cada una de las creaciones artísticas en su tiempo. Pienso por ejemplo que Luis Salinas es un músico tan respetuoso de las otras músicas y estilos, que ha recibido el irónico elogio de ser llamado un músico sin estilo.

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